Un queso de cabra de maduración lenta y pausada de al menos 10 semanas. Su pequeño formato (440 g) permite mantener la cremosidad en el interior, a pesar de tener una textura cerrada debido a su maduración. Estos factores hacen que sea un queso de gusto potente y complejo con un retrogusto largo y persistente. Ideal para los más sibaritas.
En la cocina: funciona para elaborar una mesa de queso acompañada de membrillo y un buen vino. Perfecto para picar en cualquier momento del día.
Recomendaciones:
Conservar entre 8 y 12 grados.
Cortar en dados o en láminas para notar el sabor más intenso del queso.